La vida del interiorista, a veces, puede ser muy dura y lo sabemos. Cuando no falta inspiración faltan los clientes y cuando no faltan los clientes falta que paguen pronto. Muchas veces cuando buscas inspiración para el próximo proyecto acabas sumergido en manifestaciones artísticas que hacen que simplemente quieras deambular durante horas por un enorme museo en el que te gustaría perderte para olvidarte de las dificultades, como en el caso de esta impresionante instalación en el Palacio de Versalles de Olafur Eliasson.
La instalación está formada por una serie de intervenciones espaciales integradas en la arquitectura barroca del Palacio con saltos de agua, niebla, espejos, y paisajes de luz instalados alrededor de los jardines y en el interior del castillo. Todas ellas invitan en todo momento a los visitantes a explorarlo todo si quieren asegurarse de no perderse ninguna obra y poder ejercer así sus sentidos, abrazar lo inesperado y sentir como todo toma forma a través de su movimiento para adueñarse poco a poco de todo el espacio.
La exposición está organizada en dos partes: una serie de trabajos exteriores situados alrededor de los jardines que hacen un sutil homenaje al arquitecto paisajista de Luis XIV Andre Le Notre, como la cascada situada en el gran canal que, revitaliza el ingenio de la ingeniería de la época, o la niebla y el agua.
Y otra, en el interior del castillo, donde el mobiliario de las habitaciones permanecen sin cambios pero los interiores se han mejorado a través de la multiplicación de perspectivas creadas por una secuencia de espejos y luces que activan el espacio, para que al observarlas podamos descubrir nuestro propio reflejo en lugares inesperados, modificando con ello nuestra percepción de las habitaciones y, haciéndonos partícipes de la realidad que nos rodea.
Desde 2008, el Palacio de Versalles realiza esta serie de exposiciones en la que cada uno de los artistas invitados crea un diálogo especial entre su obra, el palacio y los jardines de Versailles.
Esta mágica instalación en concreto se puede visitar desde el pasado 7 de junio y se puede disfrutar hasta finales de octubre.
Una instalación que me fascina porque cambia por completo la sensación del lugar ofreciendo una perspectiva contemporánea a la fuerte tradición del Palacio de Versalles… Un toque de distinción que es en apariencia sencillo a la vista pero que está meditado al detalle y que yo también busco en mis proyectos para que puedan convivir sin tensiones los elementos clásicos con los contemporáneos y dar sentido al AHORA.
© Foto: Anders Sune Berg