Esta vivienda es innovadora y elegante, pero sumamente funcional. Un juego de malabares entre el contenido y el continente que une la arquitectura racionalista del s. XX con una exquisita mezcla entre lo contemporáneo y lo clásico.
En la vista general del salón los colores neutros encajan a la perfección con la obra de Manolo Valdés donde se puede apreciar la doble altura ganada con la reforma del inmueble.